Imagina cargar una mochila desde tu infancia, llenándola con mensajes como «no te puedes estar quieto», «no callas», «no respeta los turnos», «interrumpe constantemente», «no estudia porque no quiere», y el tan famoso «si tú quisieras…».
¿Te suena familiar alguna de estas frases? Si el «no puedes» es duro, el «no quieres» es aún más devastador, cargado de intencionalidad, haciendo que esa mochila pese aún más.
Es injusto y perjudicial, enfocando a todos en lo que NO puedes hacer, llenando tu mochila de decepción, confusión y rabia.
Pero aquí está la clave: nadie progresa eliminando sus debilidades, sino desarrollando y potenciando sus fortalezas.
«Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino.» Alfred Victor de Vigny
Cuando comprendes y aprovechas tus puntos fuertes, el TDAH puede ser una gran ventaja. El problema radica en que nos han enseñado mal, enfocándonos en lo negativo en lugar de lo positivo.
Hoy, quiero compartir contigo algunas de las cualidades más positivas que podemos tener como adultos con TDAH.
Descubrí que también soy una mujer y madre con TDAH después del diagnóstico de mi hijo. En casa, cuando dos personas con TDAH se encuentran, ¡saltan chispas!
Pero, más allá de las bromas, una persona con TDAH tiene muchas cualidades positivas; solo hay que saber apreciarlas.
Aquí te voy a enumerar algunas de ellas:
Fortalezas de los adultos con TDAH
- Pensamiento divergente elevado: Puedes crear soluciones novedosas para resolver problemas gracias a tu capacidad de pensar de manera diferente.
- Creatividad desbordante: Las ideas fluyen sin dificultad, aunque luego necesiten ordenarse.
- Fuente inagotable de entusiasmo: Te apasionan los nuevos proyectos y retos.
- Hiperfoco: Un superpoder que, bien controlado, te permite sumergirte completamente en lo que te apasiona, perdiendo la noción del tiempo.
- Espíritu emprendedor: Sueles tener una gran iniciativa y ganas de emprender.
- Resiliencia extraordinaria: Posees una capacidad asombrosa de levantarte después de cada caída y fracaso.
- Gran intuición y perspectiva amplia: Tienes un foco más amplio y no necesitas filtrar estímulos periféricos, percibiendo cosas que otros pasan por alto.
El equilibrio emocional es la clave
Es cierto que a menudo es necesario trabajar en el equilibrio emocional, ya que una persona con TDAH suelen tender a oscilar rápidamente de un extremo al otro.
Sin una buena base emocional, resulta más complicado ver y aprovechar tus fortalezas y dones.
Emprende tu viaje de autodescubrimiento
¿Quieres que te acompañe a tu rumbo TDAH? Juntos, podemos encontrar ese punto que te falta para creer en ti.
Descubre tu mejor versión, camina con mayor libertad y felicidad, y transforma cómo te relacionas con tus emociones y fortalezas.
Escríbeme a hola@kaminandomentes.com y comencemos juntos este emocionante viaje.
¡Descubre el verdadero poder de tu TDAH y conviértelo en tu mayor aliado!
