Comenzaré diciendote que la culpa es un constructo social para tenernos anclados en el sufrimiento.
Es un sentimiento dañino e innecesario y por el cual se puede manipular.
Seguro que desde que tienes uso de razón, recuerdas todas esas veces que te has sentido culpable porque tus personas de referencia te hacían pedir perdón y entonces ahí fue, donde empezaste a generar ese sentimiento que te está acompañando a día de hoy.
Déjame decirte algo, tú no eres culpable de nada, tú simplemente has hecho lo que sabías y podías en cada situación, con las herramientas que tenías.
Si hubieras tenido otros recursos, hubieras actuado de manera totalmente diferente, pero no fue así y gracias a eso que te hizo sentir «culpable» has aprendido para no volver a actuar de la misma manera. Y a eso se le llama evolución.
Si dejas que la culpa se instale en tu vida, pasas a vivir en estado de constante tensión y alerta. Eso ocurre porque te crees que mereces ser castigad@ por un mal comportamiento.
Todo esto lo único que te genera en tu vida es miedo, angustia, malestar, ansiedad, ya que estás constantemente esperando ese castigo y lo que no te das cuenta es que así, lo único que atraes son todo tipo de problemas, ya que te estas boicoteando a ti mism@ y no te estas permitiendo disfrutar de las cosas buenas que te ocurren.
La palabra culpa debería desaparecer de tu vocabulario y sustituirla por responsabilidad. Cada persona somos responsables de lo que hacemos o decimos, teniendo en cuenta nuestras circunstancias, pero desde luego sin ninguna culpa.
Olvida esa idea que nos han metido en la cabeza y te aseguro que vivirás más feliz y sin esa carga sobre tus hombros.
Recuerda: Tú eres la única persona responsable de ti, no de los demás.