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“El ego” ese aliado malvado que nos hacer ver y creer que somos el centro del mundo. El ego es algo de lo que nos deberían de hablar desde la niñez. Yo siempre he querido pensar que el ego dominaba la adolescencia pero poco a poco fui viendo que las personas egocéntricas no mejoran con la edad y que detrás de ese ego hay un montón de carencias. Normalmente son personas muy competitivas y auto exigentes. Tienen una baja tolerancia a la frustración y necesitan sentirse superiores al resto y rara vez admiten una crítica.

Lo que más pena me produce es que no son conscientes de que son así y sufren mucho porque las cosas no salen como quieren.

Es cierto que el ego es necesario, nos ayuda a tener una buena autoestima pero siempre que lo tengamos bajo nuestro control. Desde el mismo momento que sea él quien nos domine el ego será nuestro peor enemigo.

Muchas personas piensan que el ego simplemente es presumir y creer ser más que los demás, pero el ego es mucho más que eso. El ego es ese que nos domina cuando discutimos para tener razón y si no nos salimos con la nuestra nos ofendemos. Es también el que nos dice no hagas esto o aquello que no merece la pena, o por el contrario haz esto o aquello para restregárselo por los morros a alguien. También es ego querer demostrar a todo el mundo lo buenos que somos y lo bien que lo hacemos todo.

Una persona dominada por su ego es una persona que se cree perfecta y no admite que nadie le contraríe. Todas las personas en algún momento de nuestra vida hemos estado dominadas por el ego, y si no párate y piensa… Has tenido una discusión con tu amigo o familiar y esperas a que sea la otra persona la que te llame y te justificas a ti mismo diciendo ¿porque tendría que llamarle yo?

Como decía Mariano Aguiló: “Si la persona orgullosa supiese lo ridícula que aparece delante de quien la conoce, por orgullo sería humilde”.

El problema radica en que esas personas nunca reconocerán ser así, ya que se creen indispensables y que sin ellas las cosas no funcionarían. Un ejemplo, que sobre todo las mujeres sufrimos en mayor medida que los hombres, es cuando somos madres. Nuestro ego nos dice que como nosotras no lo va a cuidar su padre, ni lo va entender, ni va a saber hacer nada con el bebe pero en cambio, nosotras tenemos todas las soluciones y respuestas. Cómo digo en la mayoría de los casos, no quiero generalizar porque hay mujeres que no se dejan dominar en ese caso por su ego, igual que hay hombres que si se dejan llevar.

También son personas que nunca admitirán una sugerencia, ya que todo lo que ellas hacen siempre está bien y aun cuando tu sugerencia sea buena, te rebatirán con una explicación por la cual la de ellas es mejor. Son personas que no tienen capacidad para pararse a pensar y analizar otras opciones, a no ser que surja algo que las deje atrás y entonces, solo entonces igual se preguntan ¿Qué es lo que está pasando?, aunque no siempre lo hacen, les resultará siempre más fácil echar la culpa a los demás. En una ocasión leí que el orgullo es como el mal aliento, todos lo perciben, excepto quien lo padece. Me pareció una comparativa muy acertada.

Como os comentaba el ego es bueno siempre y cuando nosotros lo dominemos, ya que de lo contrario lo único que conseguiremos será vivir estancados en nuestro propio mundo y alejados del mundo real.

Si somos capaces de dominar nuestro ego, no encontraremos en las demás personas enemigas, sino todo lo contrario. Nos ayudaran a mejorar esas partes de nosotros que igual hasta ese momento no hemos sido capaces de ver y por ende no las hemos podido curar.

Cuando abrimos nuestra mente y dejamos de tomarnos las cosas como un ataque personal tenemos un gran mundo por explorar. Tu vida dará un giro y descubrirás cuales son las piedras en tu camino y en vez de maldecirlas, aprenderás a utilizarlas para allanar tu camino. Te darás cuenta que dejaras a mucha gente atrás, pero también sabrás porque. Al igual que te encontrarás con gente nueva que te ayudará a conseguir tu propósito.

Sé que no es fácil hacer una introspección y reconocer que tu ego tiene el poder, pero si realmente quieres descubrir tu para que en esta vida debes de hacerlo. Conseguirás vivir la vida que realmente quieres vivir y no la que otras personas están diciéndote que tienes que vivir.

No dejes que el ego te haga sentir culpable por querer cambiar, no escuches los mensajes negativos tales como: “tú no puedes”, “para que vas a cambiar ahora”, “nunca vas a conseguirlo”, “haz caso a lo que te dicen, ellos saben más que tú”, “la genética está ahí”. No te auto engañes “yo estoy bien así” “a mí me gusta lo que hago”, “yo no necesito cambiar nada”, “mi vida es como tiene que ser”, “el trabajo está mal y tengo una hipoteca”, “mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

Estás son muchas de las expresiones con las que mi clientes llegan a mí y después de varias preguntas poderosas, a la vez que incomodas, van tomando conciencia y se dan cuenta que la culpa no siempre es del otro, que muchas veces uno mismo es el propio responsable pero su ego le decía que eran otros los que no sabían, no tenían razón, eran unos incoherentes, etc.

Es maravilloso ver el cambio cuando les vas levantado el espejo y poco a poco se van dando cuenta de lo cegados que les tenía su ego. Por eso es hora de renunciar a hacer las cosas como tu ego quiere y disfrutar de como suceden.

“Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansía morir orgullosamente por una causa, mientras que el segundo aspira a vivir humildemente por ella”

J.D. Salinger.